Por “Loom El Maldito Chino” Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, además de abogado, es de los panistas que se auto señalan, haber nacido con pañales azules. Su padre Luis Calderón Vega, panista de cepa, sin embargo renuncio al PAN cuando desde su punto de vista el instituto político, comenzó a debilitarse en 1976, al ver demolida su estructura ideológica por el ingreso en sus filas de los empresarios que comenzaban a desinhibirse para actuar en política. Luis Calderón renuncia al PAN en 1981, justo cuando Felipe, su hijo menor, ingresa a este partido político. Coincidentemente el padre de Felipe, participo en el movimiento de la autonomía de la UNAM, a donde años más tarde pretendiera ingresar a estudiar su hijo, sin lograrlo, por lo que tomo el camino de concluir sus estudios universitarios, en la Escuela Libre de Derecho. En su trayectoria política, Felipe Calderón fue secretario nacional de Acción Juvenil, secretario de estudios y secretario general del PAN, también candidato al Gobierno de Michoacán en 1995, derrotado por el candidato del PRI. Más tarde presidente de su partido político, representante por mayoría en la Asamblea del D. F., dos veces diputado federal, y coordinador del Grupo Parlamentario del PAN, en la cámara de diputados. De temple duro, manifiesta su arrogancia y terquedad. Beneficiario de la era del PAN en el poder la semana anterior, en su calidad de presidente de la república y en una comida con líderes sociales, empresariales, y después de escuchar sus opiniones les señalo, que porque ellos no hacen política, que porque no buscan una diputación o una alcaldía. La interpretación a esta actitud, es que a Felipe, no le gusta que le señalen sus errores. Dos días después, en el evento con las fuerzas armadas, donde se homenajeaba a los niños héroes, destaco que los mexicanos, debemos de seguir los pasos de esos jóvenes que ofrendaron su vida por la patria. Recordó de los militares, caídos en esta batalla, pero nunca reconoció a los ciudadanos que también han perdido la vida en este sexenio, sin deberla ni temerla. Mejor el secretario de la defensa, destaco y pidió un minuto de silencio por las víctimas del pueblo de México, caídas en la guerra al narcotráfico. Para Calderón, en lo que hoy llama su guerra y de la cual, no se vislumbra el final y quizá ante la desesperación, pide más sacrificio, de todo el pueblo mexicano. Ese es el perfil de nuestro presidente, sabedor que el tiempo le apremia y sus proyectos no logran los objetivos que el dispuso. Algunas anécdotas que quisiera recordar, para enmarcar su forma de ser, de las casualidades o coincidencias, con este personaje. En los primeros días de agosto de 2002, y después de la segunda anulación de la elección a la presidencia municipal, de Juárez. Fuimos invitados por Lolita de la Vega, a su programa “frente a frente”, cundo llegue a la cita, se encontraban fuera del estudio de televisión Felipe Bravo Mena, en ese entonces presidente nacional del PAN, Jesús Alfredo Delgado y Cruz Pérez Cuellar. Minutos después arribó, quien era el coordinador parlamentario del PAN, en ese momento, vi y conocí la figura de un hombre sombrío, de traje gris Oxford y un poco corto su pantalón. Nos brindó el saludo por compromiso o al menos así lo sentí, completamente diferente a Bravo Mena, con quien manteníamos una calurosa charla. Al término del programa de televisión, Calderón, salió presuroso, sin despedirse correcta y amablemente del grupo. Diciembre de 2003, acompañando al ingeniero Ricardo Álvarez, en ese momento alcalde interino de Juárez, a la Ciudad de México. Hacíamos antesala en las oficinas del director general de Pemex, Rafael Muñoz Leos, el motivo de la visita, era solicitar apoyo, donación de asfalto para pavimentar calles en Juárez. De pronto el ingeniero Álvarez, comento con gusto, mira Felipe Calderón, en ese entonces secretario de Energía, de inmediato se incorporó y camino a unos tres metros de donde nos encontrábamos, en el área de elevadores. Allí Calderón, acompañado de otras dos personas, de pronto abordado por el ingeniero Álvarez, el cual les extendió la mano, se presentó como alcalde de Ciudad Juárez, agregando que incluso era primo de Luis H. Álvarez, lo que alcance a observar, fue la respuesta al saludo, de manera forzada, fría, parca. Pareciera que le incomodo a Calderón, que le fuera a interrumpir, saludo que duro escasos segundos, sin siquiera preguntar Felipe por cortesía, cómo esta Juárez, que dice Juárez, como esta Don Luis?, etc. Hubo un tercer encuentro en 2005, en un evento en la Ciudad de México, en la avenida de los insurgentes, a escaso un día de las elecciones, para renovar presidente nacional del PAN. Era el cierre de campaña de Carlos Medina Plasencia, entre un grupo menor a los 100 simpatizantes, había más medios de comunicación, que panistas. Se encontraba Pancho Barrio y esposa, rodeados de una decena, de amigos o asistentes y por allí, también se observaba a Calderón y esposa, solos. Ambos eran en ese momento precandidatos a la presidencia de la republica. Al término del evento Medina Plasencia, bajo del templete y le subió la mano a Barrio, en señal de triunfo, a lo que los medios de comunicación, pidieron se repitiera, para la foto. Más tarde Calderón, ahora solo, se presentaba para dar la mano, a la mayoría de los asistentes. Julio de 2006, en el Chamizal, era la cita, para el cierre de campaña de Felipe Calderón, atrás había dejado la capital del estado con un cierre multitudinario, así como la capital del mundo, donde le habían juntado más de 5 mil personas. Ese domingo caluroso, con el camión de la campana, denominado el hijo desobediente, con el rostro desencajado, molesto, así como sus coordinadores, Calderón no lograba entender que pasaba en la frontera, icono del panismo, donde si acaso, había medio millar de simpatizantes, buscando culpables de ese mísero acto. En una entrevista con Denise Maerker, Calderón aceptó que estuvo de acuerdo en la campaña negativa que su partido realizó en contra de Andrés Manuel López Obrador. Opinó que es válido y legítimo que un partido piense que la alternativa contra la que compitió era un peligro para México. Hoy la duda es quien fue el peligro para México, Andrés Manuel López Obrador o Felipe Calderón Hinojosa.