Por el Chavo de “las 5 Calumnias” Este chavo se pasa de “Lanza” mire que cuento tan “Tétrico antes de la Navidad” Al morir el Enrique Benítez, las malas acciones cometidas en vida hacen que su alma no tenga cabida en el cielo, motivo por el cual después un exhaustivo juicio se decida que merece el infierno. Es echado a un lugar donde solo hay lloro y crujir de dientes, pero su soberbia y arrogancia hacen que se ponga a maquinar en contra del mismísimo demonio, a quien le dice que ya es muy viejo y que el infierno necesita otros líder que sea capaz de llevar a cabo una reforma de fondo en el lugar que por siglos ha sido de tormento. La acción de Benítez Ojeda se debe a que se comprometió a interceder por su amigo Tomás Castro, quien ya estaba en agonía y se tenía la certeza de que tampoco lo dejarían entrar al cielo pues se temía que formara un consejo de ángeles a modo para ungirse como Dios, esto dado el ego del quien había llegado a rector de una manera fraudulenta apoyado por su amigo que ahora se enfrentaba al mismo demonio para destronarlo y sentar a su cuate Tommy. Los razonamientos de quien en vida solo se había dedicado a torcer la Ley para favorecerse, pusieron a temblar al diablo quien reflexionó –estos tipos traen una soberbia descomunal que hasta a mí me da miedo, lo peor es que si se lo proponen se me desbancan, el que me lo hayan mandado representa un terrible castigo, que pecado viejo deberé, nunca había visto tanta altanería-. El mandamás del lago de fuego que arde de día y noche, se puso nervioso sobre todo porque sabía que la llegada de Tomás estaba cerca, pero Benítez Ojeda ya preparaba el camino para que su cuate se convirtiera en el Satanás Patito, llevando como diablo menores a todos aquellos que habían colaborado con él en el asalto a la Universidad Juárez del Estado de Durango. La pretensiones del reformador inquilino, tomaron mayor auge cuando se dio cuenta que en este lugar se encontraban refundidos varios “columnistas” que en vida habían hecho de la Loa un apostolado y que de seguro aliados con Benítez recuperarían los generosos beneficios económicos tan añorados. Empezaron con los golpes bajos, exigiendo la cabeza del diablo, señalando que su tiempo ya había pasado y era necesario otro Jefe, lo acusaron de todo y por todo, mientras Benítez a puerta cerrada en compañía de otros 29 espíritus malignos, ya preparaba como si fuera una “Maruchan”, la nueva Ley Orgánica del Infierno en la cual se disponía todo para nombra a Luis Tomás como mero Jefe del Lugar. Se llegó el día tan esperado, murió Castro Hidalgo, en el cielo no lo quisieron, pues no mostró arrepentimiento por lo cometido en vida, lo mandaron al lago de fuego donde Benítez Ojeda ya tenía un armado un Consejo a modo, lo nombraron comandante en jefe del lugar, nombro su equipo de colaboradores, los espíritus más nefastos que encontró, empezaron las arbitraria des y tormentos al por mayor todos querían mandar e imponer sus criterios, el diablo caído desde su destierro observaba detenidamente las nuevas reglas de operación impuestas por Tomas Castro, sorprendido y con mucho temor exclamó, ¡ESTO ES UN INFIERNO! Esta “Cabrón y solo es un simple cuento