sábado, 29 de octubre de 2011
El Niño de la calle le permite el espacio a el Poli Cleto, solo para escuchar sus reflexiones sobre El Perrón de “Guliani” “México tu puedes, No estás peor porque no quieres”.
En la participación de que ofreció Rodolfo Giuliani no escuchamos nada nuevo ni nada que no se haya dicho por muchos opinado res, articulistas, escribientes, reparadores del sistema gubernamental, o mal llamados chayote ros del café, etc. Muy clara su exposición, cierto, la inseguridad es un problema que tiene solución, pero no sean cabrones digan cómo, en cualquier parte del mundo, será posible menos en nuestro México ¿la razón?, no existe voluntad política para terminar con este pernicioso enemigo, es decir, las autoridades hacen como que hacen pero no hacen lo que deben de hacer para combatir la inseguridad. Si nos detenemos a observar los fenómenos políticos que estamos viviendo, nos podemos dar bien cuenta que el funcionamiento del gobierno sigue siendo de “valemadrismo” y lo digo sin ninguna tendencia ni ignorando las detenciones que se han dado últimamente, no, a pesar de que ese es el trabajo de los cuerpos de policía, se les reconoce que empiezan a poner un poco de empeño en desq uitar su sueldo. A lo que me refiero es que en la esfera de gobierno siguen prevaleciendo los mismos vicios que han llevado a Juárez, Tamaulipas, Chihuahua, Durango, Coahuila y al país entero a las condiciones insanas en las que vivimos, convivimos y morimos; un ejemplo palpable de esta ineficiencia gubernamental se da en la designación de funcionarios que están obligados a tomar decisiones tendientes a salvaguardar la integridad física y patrimonio de los ciudadanos comunes y corrientes, y digo comunes y corrientes porque los de poder económico pagan a quien los cuide y nada le piden al gobierno, pueden dormir sus nueve horas a gusto y sin sobresaltos, los amolados somos los que dependemos de la gestión (¿?) de los regidores, que valga la expresión solo sirven para “regirla”, de los diputados, del presidente municipal (¿?) y de cada uno de los directores generales y de cuanto sinvergüenza, haragán, inútil y corrupto funcionario depende de ellos. En el evento que refiero estuvieron presentes muchos personajes de la vida pública de nuestra frontera, y con excepción de uno o dos, todos los demás les cayó el pedradón de Giuliani, lo curioso es que después de la arenga que les propinó, todavía se pararon y le aplaudieron a más no poder, prefiero pensar en que se debió a que no le entendieron y no a que son unos cínicos caradura que no tienen ni los mínimos escrúpulos, ni valor de honestidad, vamos, ni sentido de responsabilidad. Lamentablemente el diagnóstico de Juárez es de terapia intensiva y no se ve aún la luz al final del túnel, lo que se requiere, según nos explicó un experto, es (1) Sanear la policía, imposible en nuestra ciudad, tenemos cuerpos policiacos obesos –física y estructuralmente-, sin vocación de servicio, sin valores morales, chambistas, corruptos, ignorantes e incultos –lo que provoca agresiones y maltrato-, (2) Eficientar el sistema judicial, es decir, como mínimo rotar a los jueces para evitar el cansancio mental y por consecuencia errores al momento de juzgar, evitar el clientelismo, protegerlos de amenazas e intimidación por parte de los delincuentes, exigirles sentencias legalmente fundamentadas y excepcionales, que inhiban a otros de cometer delitos, (3) Ofrecer alternativas a la población que puede ser tentada por las organizaciones criminales o que también puede delinquir por motu proprio, es necesario recuperar las calles, los espacios públicos, pero no nada más decirlo, sino adecuar los parques y poner vigilancia, que los delincuentes no se acerquen por temor a ser detenidos y procesados, (4) Proteger a los testigos de delitos y a los denunciantes, crear programas tendientes a la protección de las personas cuyos testimonios propiciarán el procesamiento y el encarcelamiento de los delincuentes, (5) Atender cualquiera falta o delito por pequeño que sea, no dejar que nos inunde un mar de delitos pequeños que después se convierten en grandes problemas de pandillas o de delincuencia organizada, esto logrará devolverle la confianza a la ciudadanía. (6) Tener mano dura con los delincuentes, refiriéndose a la mano legal, aplicación inexorable de la ley, sea quien sea, si beneficios, sin excepciones, sin privilegios, se acabó lo de “a mi enemigo la ley y a mi amigo la ley y la gracia”. Debemos cambiar de mentalidad, en verdad que ayer daba vergüenza ajena, contemplar a un abogado que vive de sacar sicarios y secuestradores de la cárcel, aprovechando las pifias del ministerio público y en el evento se lucía como un adalid de la justicia y la ley, que cinismo y falta de vergüenza.