El General retirado, Carrillo Olea, le da por escribir un librejo y se mete en honduras, esto también es resultado de la eficiencia y eficacia, en programas de prevención, capacitación, ejecución y seguimiento del personal para brindarla. Un ejemplo que es importante analizar, es la Ciudad de México, una de las tres grandes urbes a nivel mundial, compitiendo con Tokio en Japón y la ciudad de Los Ángeles California, en nuestro vecino país del norte. Tokio con una población que fluctúa diariamente de 12 a 15 millones, la diferencia en número, es por población de ciudades vecinas, que solo van a trabajar o estudiar y su movilidad es diaria. Los Ángeles con una población de 13 millones de habitantes y el área metropolitana de México, con 15 millones de habitantes, divididos de la siguiente manera 7 millones en los municipios mexiquenses, frontera con el D.F. y poco más de 8 millones en el D.F., sin embargo similar a Japón, la población mexiquense que viaja diariamente a la Ciudad de México a trabajar o estudiar, es por el orden de los 5 millones de habitantes. Tan solo el metro de la Ciudad de México, transporta cerca de 4 millones de pasajeros diariamente. Esta magnitud de ciudades, tan grandes, también genera infinidad de problemas, movilidad urbana, limpieza y servicios en general, incluyendo la seguridad pública. La ciudad de México, hablando de datos duros, cuenta con una policía de aproximadamente 12 mil elementos, para vigilar a una población de 15 millones de habitantes. Nuestra ciudad, Juárez, cuenta con un número aproximado de 2 mil elementos, para vigilar a 1.5 millones de habitantes (1.3 millones INEGI). Todo lo anterior, para comentar que en la mayor parte de las colonias de la Ciudad de México, dividida en 16 delegaciones políticas 2,150 colonias, la sectorización de la policía ha funcionado. Normalmente existen módulos de policía instalados, que cubre 5 colonias o más dependiendo de sus dimensiones de ellas. Es decir existen alrededor de 500 módulos de policía en la ciudad, los cuales son cubiertos en sus diferentes turnos por un aproximado de 20 policías. Estos a su vez rondan, vigilan, desde sus patrullas o en bicicletas. Normalmente en una calle, la vigilancia pasa un mínimo, de 5 veces durante las 24 horas del día, de tal forma que existe un encargado de ese modulo y brigada de policías. Los cuales en sus rondines diarios, solicitan a los vecinos, les sea firmado un reporte con los partes del día, es decir, si tuvieron servicio, la calidad del mismo y si existió algún incidente durante el día o la noche. Esto lleva a la famosa teoría y sugerencia de los habitantes más viejos de Juárez, que siempre recuerdan a aquel policía de barrio, aquel vigilante que identifican plenamente que se vuelve parte del equipamiento urbano, que brinda la confianza, para platicar, señalar, investigar y hasta apoyar, en un momento dado. Hoy desafortunadamente en Tamaulipas, Sinaloa, Guerrero, Coahuila, Durango y el resto del país, en nuestra frontera, las cosas son muy distintas Ciudad Juárez, a pesar de que existe el doble de policía municipal, por habitante que la Ciudad de México. Esto sin contar a la policía federal y al ejército, que supuestamente se suman a las labores de vigilancia. La policía ve o mira al ciudadano, con desconfianza y recelos, pareciera que en cada habitante de la frontera se albergara un malandro o un sicario. No existe la cordialidad, para el ciudadano, estamos en un país, en guerra y sitiado, en concreto le vienen a rascar la panza al Tigre.