En la misa de jueves Santo, el cardenal Norberto Rivera nuestro “Paisano” hizo un llamado enérgico y suplicante a los criminales para que se conviertan y dejen de matar, extorsionar y corromper. El arzobispo primado de México les recordó que la vida humana es sagrada, por lo cual nadie puede destruirla o vejarla sin ofender a Dios y condenarse eternamente, pero al mismo tiempo les hizo ver que tienen una esperanza de perdón si se arrepienten. La misa fue aprovechada por el jerarca para clamar un ¡Ya basta! a la "descomunal y demencial violencia" que se vive en el país. Lamentó que el grito de miles de compatriotas no alcance a romper la sordera de los criminales ni de las autoridades corruptas, o de aquellos que pudiendo hacer algo, sólo contemplan o huyen ante la ambición desmedida de quienes quieren dinero y codicia, origen diabólico de tantas calamidades y sufrimientos. La Iglesia Católica, añadió, llora por tantas vidas cegadas tempranamente y por la destrucción sin sentido cuando la esperanza parece imposible. "México parece ser una sociedad derrotada que se hunde en el miedo y en la desesperación, que se siente atrapada en una espiral de violencia, egoísmo y corrupción sin límites", diagnosticó el arzobispo primado. Reiteró que la misión de la Iglesia ante estas condiciones es preservar la fe, dar ánimo y esperanza para hacer renacer la caridad, el perdón y el amor fraterno. Este cáncer se a originado por la descomposición de las policías de los tres órdenes de gobierno y las autoridades complacientes de sus arreglos en lo oscurito, pero también los ciudadanos se los permitimos y tenemos que detenerlos.