“Cuento corto” El Diablillo del Niño de la Calle se tatema la nalga, con la Reforma Política
de Estado y se tambalea el “propio
Infierno” Las malas acciones cometidas
en la reforma del estado, la no inclusión
de las propuestas ciudadanas, el ya sabido madruguete, “Todo Cocinado” acciones que en vida hacen que su alma no tenga cabida en el
cielo, me refiero a él Gran Ángel caído Luis Enrique Benítez, motivo por el cual después un exhaustivo
juicio se decida que merece el
purgatorio.
Por El santo Diablillo” El santo barón Benítez, Es
echado a un lugar donde solo hay lloro y crujir de dientes, pero su soberbia y
arrogancia hacen que se ponga a maquinar en contra del mismísimo demonio, a
quien le dice que ya es muy viejo y que el infierno necesita otros líder que
sea capaz de llevar a cabo una reforma de fondo en el lugar que por siglos ha sido
de tormento. La Diablura de Benítez Ojeda se debe a que se comprometió a interceder
por quien ya estaba en agonía y se tenía la certeza de que tampoco lo dejarían
entrar al cielo pues se temía que formara un consejo de angeles a modo para
ungirse como Dios, esto dado el ego del quien había llegado a Promover una
Reforma de estado, de una manera
fraudulenta apoyado por su amigo que ahora se enfrentaba al mismo demonio para
destronarlo y sentar sus reales del renovado PRI. Los razonamientos de quien en
vida solo se había dedicado a torcer la
Ley para favorecerse, pusieron a temblar al diablo quien
reflexionó –estos tipos traen una soberbia descomunal ¡que hasta a mí me da miedo¡ lo peor es que ¿si se lo proponen se me desbancan? El que
me lo hayan mandado representa un terrible castigo, que pecado viejo deberé,
nunca había visto tanta altanería-. De este Chapulín refiriéndose a lo malévolo de Benítez, El mandamás del lago de fuego que arde de día
y noche, se puso nervioso, la neta se “notaba culeado”
sobre todo porque sabía que la llegada de una “bola de Dinosaurios del
PRI” estaba cerca, pero Benítez Ojeda ya preparaba el camino para que uno de
sus cuates, se convirtiera en el Satanás Patito, llevando como diablo menores a todos aquellos
que habían colaborado con el sexenio. La
pretensiones del reformador inquilino, tomaron mayor auge cuando se dio cuenta
que en este lugar se encontraban refundidos varios “columnistas y algunos
aspirantes” que en vida habían hecho de la Loa un apostolado y que de
seguro aliados con Benítez recuperarían
los generosos beneficios económicos tan añorados. Empezaron con los golpes
bajos, exigiendo la cabeza del diablo, señalando que su tiempo ya había pasado
y era necesario otro Jefe, lo acusaron de todo y por todo, mientras Benítez a
puerta cerrada en compañía de otros 29 espíritus malignos, ya preparaba como si
fuera una “Maruchan” la nueva “Reforma
del Estado en el Infierno” Se
llegó el día tan esperado, murió Castro
Hidalgo, en el cielo no lo quisieron,
pues no mostró arrepentimiento por lo
cometido en vida, lo mandaron al lago de fuego donde Benítez Ojeda ya tenía un
armado un Consejo a modo, lo nombraron comandante en jefe del lugar, nombro su
equipo de colaboradores, los espíritus mas nefastos que encontró, empezaron las
arbitraria des y tormentos al por mayor
todos querían mandar e imponer sus criterios, el diablo caído desde su
destierro observaba detenidamente las nuevas reglas de operación impuestas
por Benítez Ojeda, sorprendido y con mucho temor exclamó, ¡ESTO
ES UN INFIERNO Reformado¡