lunes, 3 de octubre de 2011

El Niño de la Calle se pregunta “Quien es el Fuche” del sexenio o el verdadero “Poder en esta Política muy a la mexicana”

Por Loom “El Maldito Chino” Nuestros antepasados, han padecido de la figura “Diabólica”  Los poderes facticos en México, ejercen su control y poder, tras el poder. Los que no permiten la evolución  de una verdadera democracia (hoy la mayoría de nuestros gobernantes y representantes populares, están cooptados por los poderes facticos) Esto si consideramos la política como el espacio público por excelencia. No importa la definición que se adopte ni el ángulo desde el cual se analice, el referente siempre es “lo público”. La política como espacio público está sujeta a la colonización por parte de intereses privados, que ejercen una presión constante por verse beneficiados. El espacio público en México sigue copado por el poder de grupos que sin ninguna investidura, “Representación o Delegación Democrática” tienen poder de imponer o modificar decisiones que afectan el interés público. Gran parte de la problemática que hoy padecemos como “Nación en lo Económico, Social y Político”  se debe a ese sistema de poderes facticos, representados de manera muy dispersa, desde  una “Elite  empresarial” muy selecta (los 30 poderosos)  que algún día definiera Agustín Legorreta),  cientos de caciques distribuidos a lo largo del territorio nacional y que ejercen su poder de apoyo en campañas políticas a cambio de beneficios, altos mandos del ejército, la alta jerarquía católica, sindicatos (CTM. SNTE, STPRM, FETSE, por citar algunos)  Al entrar en crisis el presidencialismo algunas de sus columnas de apoyo entraron también en crisis, pero otros grupos  cobraron autonomía, ampliando su campo de influencia sobre el ejercicio de poder propio. La mafia (dueños de casinos, carteles de narcotraficantes)  “Estados Unidos de Norteamérica”   juega un papel preponderante en este tipo de ejercicios, infiltrado en la medula política y económica de nuestro país, definiendo en parte los gobiernos que se ajusten a sus necesidades,  las políticas económicas y hasta el “combate” o coordinación del narcotráfico. Los poderes facticos, alimentan la corrupción e impunidad, a través de tráfico de influencias, las concesiones a grandes empresas en México, que controlan y manejan la telecomunicación del país, creando grandes monopolios. Exenciones de impuestos, concesiones, contratos, explotación de bienes de la nación. Hoy increíblemente, a pesar de ser un país del tercer mundo, tenemos al hombre más rico del orbe (aun cuando en el mismo territorio, se debaten más de 50 millones de compatriotas en extrema pobreza). Contamos también con el capo más importante de la tierra. Un sistema político mexicano, donde se puede triunfar desde la indecencia, el soborno, la mentira y la manipulación. El cáncer que corroe las entrañas de este magnífico país, desde los poderes facticos, a los que se prestan nuestros ilustres políticos, pareciera que día a día, debilita más a la nación y a una sociedad, en  proceso de cambio. Esos poderes facticos, están trabajando para que en 2012, se logre el presidente que más convenga a sus intereses y no a los de las mayorías.   “Hay cabrón me paso de Tueste”   “El amor no se busca solito llega”     como dicen,  no me den,  pónganme donde hay.